2° FORO LIBRE — CURI
ELEMENTOS PARA LA INSERCIÓN INTERNACIONAL DEL URUGUAY EN LA ACTUALIDAD. Mirada metodológica por Heber Arbuet-Vignali
Agradecemos a Gonzalo Pérez del Castillo las motivantes ideas de su «disparador», las cuales compartimos porque contienen un excelente diagnóstico sobre la realidad propuesto desde una perspectiva muy valorable.
La globalización es un hecho. Nadie puede dudar que, dadas sus dimensiones, si Uruguay quiere vivir bien necesita insertarse exitosamente en las relaciones internacionales. La historia muestra que cualquier país que quiera lograr esto, máxime si es una pequeña potencia, debe planificar su posicionamiento, fijar derroteros por extensos períodos y mantener coherencia mientras transcurren. Para ello, cuando se es como nosotros una República democrática, se deben construir, pactando, políticas exteriores de Estado.
Hasta acá fácil es decirlo y difícil que haya desacuerdos. Tampoco será difícil coincidir en que, para lograr una política exterior de Estado, habrá que determinar en común cuál es «el interés nacional», dónde radica, en qué consiste, qué priorizar, cuál es su núcleo duro y cuáles las áreas transables, cuáles los caminos para tener éxito y cómo proceder. En estos puntos puede haber discusiones, pero no insalvables.
Es posible que se encuentren más dificultades, pero no imposibilidades, para acordar sobre qué alianzas procurar y de quiénes alejarse o precaverse, en decidir a qué grupo de personas responsables se les debe encomendar la construcción de estas políticas de Estado y a cuál el asesoramiento técnico para esa tarea. Para mí, la conducción y ejecución en un sistema democrático corresponde a los políticos que representan al pueblo y a los técnicos corresponde asesorar a aquellos e ilustrar a estos. Pero, tratándose de una cuestión filosófica, caben diversos posicionamientos racionales y válidos. Con un poco mayor o menor de esfuerzos, sobre estos dos últimos puntos también habrá coincidencias.
Lo anterior corresponde a un planteo bastante objetivo y propositivo. En la tarea de determinar el interés nacional, fijar la meta y crear una política de Estado para lograrlo, las dificultades aparecerán al querer poner en práctica lo expuesto y bajarlo a la realidad cotidiana; allí es dónde aparecerán las diferencias que pueden ser sanas y enriquecedoras, como también negativas y frustrantes. Para encaminarlas hacia lo primero y evitar lo segundo, creo que es una buena cosa disponer previamente de la mayor y mejor información posible.
Ahora no entraré al fondo del asunto, lo que espero poder hacer en próxima ocasión y a la vez deseo que todos los Consejeros también lo concreten. Ahora me limitaré a formular una propuesta sobre metodología para el abordaje.
En el ámbito interno y entre todas sus corrientes de pensamiento que se dan, para elaborar una política exterior de Estado a fin de conseguir una inserción internacional positiva y exitosa para el país, resultan necesarias, quizá imprescindibles, varias cosas. Aunque seguramente sean muchas más y exhorto a los Consejeros a que las complementen y, en su caso, corrijan las mías; a mí se me ocurren las siguientes:
- Determinar cuál es el interés nacional prioritario, cuáles los secundarios y cuáles los coyunturales y el orden dentro de los dos últimos grupos.
- Determinar cuáles han sido las coincidencias y divergencias que ha tenido la política exterior del país a través de sus diferentes administraciones históricas y cuáles han sido las posiciones de los partidos políticos con representación parlamentaria (es el criterio menos subjetivo que se me ocurre para representar al pueblo) sobre esos mismos temas.
- Determinar sobre qué aspectos de la política exterior han existido acuerdos significativamente amplios, en qué tiempos y con cuáles resultados.
- Detectar cuáles han sido las mayores dificultades para lograr acuerdos sobre estos puntos que se hayan dado entre los partidos políticos con representación parlamentaria, sobre qué puntos versaron y si tuvieron consecuencias negativas.
- Explorar las posibilidades, sobre qué aspectos y en qué condiciones, los grupos políticos internos puedan intentar con éxito acordar una política exterior de Estado. Y si no se encuentran, explorar las posibilidades de revertir la situación.
Para intentar esclarecer estos aspectos y muchos otros que seguramente el grupo aportará, es necesario que se pronuncien personas con experiencia internacional y dedicados a diversas disciplinas: historiadores, sociólogos de las relaciones internacionales, analistas políticos internacionales, diplomáticos de carrera que nos han representado, funcionarios internacionales que tienen experiencia sobre cómo actúa Uruguay, políticos prácticos que han actuado desde sus partidos o que han asumido funciones de gobierno, académicos de las variadas disciplinas que analizan las relaciones internacionales, etc.; para no excederme del espacio.
El Consejo para las Relaciones Internacionales (CURI) cuenta con Consejeros insertos en todas esas especialidades y en otras que se me pueden escapar. Todos han ganado reconocimientos que acreditan su capacidad; de su objetividad dan testimonio sus numerosas intervenciones dentro del grupo. Propongo, para ir concretando un pensamiento, solicitar a todos los Consejeros un breve análisis enfocado desde su especialidad, sobre alguno o algunos de los puntos propuestos o sobre otros relacionados a ellos, que permita evaluar las posibilidades de establecer las bases para concretar un plan realista que permita concretar un pacto sobre una política exterior de Estado que mejore la inserción internacional de la República.
Quizá la Presidencia y su Vice puedan sugerir agrupamientos de Consejeros a esos propósitos.
Pienso que un esfuerzo de este tipo pueda ayudar a concretar un pensamiento, a la vez común por el solo hecho, no menor, de provenir de un grupo plural, respetuoso y que se nutre recíprocamente de conocimientos; y, a la vez, particular, porque las individualiza la firma de su autor libremente expuesta. Y que esclarezca sobre las posibilidades, sus alcances, los límites y los obstáculos a superar para forjar una política exterior de Estado en el Uruguay.
Heber Arbuet-Vignali
El CURI mantiene una posición neutral e independiente respecto de las opiniones personales de sus Consejeros y Colaboradores. El contenido y las opiniones de los “Estudios del CURI”, “Análisis del CURI” y “Foro Libre CURI” constituyen la opinión personal de sus autores